LA RAZA

Despues de tanto probar pude lograr subir esta obra de arte. La verdad no tengo palabras para describir lo feliz que me siento al ver esto.

Aca les dejo la historia redactada por el maestro MUZZA.

La historia LA RAZA.

29 de Octubre. Año 2001, Buenos Aires, Argentina. Dos jóvenes estudiantes, absolutamente obstruidos por los números y las figuras, deciden plasmar sus delirios en una realidad. La idea, surgida de la retorcida materia gris de uno de ellos, el Sr. E, resultó ser simplemente un retrato de una compañera de curso. Una vez implantada en la mesa, el Sr. L (un verdadero visionario en su tiempo) decidió transplantar los, en ese momento, burdos garabatos, casi líneas sin sentido salidas del toque de un maestro, una talentosa juventud.
Ellos decidieron seguir con su criatura, un monstruo moderno en estado de incubación, lo que hasta unos meses eran sólo juegos de niños. Así, surgieron distintos personajes, mientras la dedicada profesora de turno intentaba impartirles los abundantes y tediosos conocimientos, sin lograr su cometido, mientras estos dos cerebros maquiavélicos inmortalizaban por siempre una obra de arte, una realización que marcaría una época, la cual dieron por nombre LA RAZA.
Durante un tiempo buscaron la aprobación de los críticos (sus propios compañeros) logrando solamente un duro y frío granizo de burlas e insultos. Debo reconocer que incluso Yo, sin lograr ver más allá, había denigrado a aquellos jóvenes, sin dar una sola moneda por ellos. Durante esos días, tuve mi primer contacto cara a cara con el universo fantástico de estos simpáticos seres alienados. En tan solo cinco cortos minutos transmití mis ideas, tal vez demasiado crudas todavía para pertenecer a La Bestia, concluyendo en ese mismo momento mi fugaz participación.
Y ahí quedó todo, así quedó el nacido proyecto, esperando fervientemente por ser resucitado. Los días pasaron, convertidos en meses, y sin darse cuenta, estas mentes se habían acercado al crepúsculo de aquellos 365 días. Fue otra vez el Sr. E, padre de la criatura, el que hizo la luz sobre su engendro. ¿Y si hacemos La Raza en Flash?, fueron las pequeñas palabras que marcaron otra de las tantas etapas que forman esta historia.
Brincado el cerco del año capicúa, la temporada de descanso transcurrió sin grandes novedades. La hoja tan preciada descansaba en la oscura alcoba del Sr. E, sabiendo que ya le llegaría su hora, sabiendo que la profecía ya estaba escrita. La salvación estaba por llegar.
Así, volvió a comenzar otro rutinario año escolar, y obviamente la potencia del aburrimiento pudo más. Los intelectuales volvieron a La Raza, esta vez con renovada euforia. Una vez conseguida la metálica herramienta comenzaron a buscar diferentes caminos de lograr su cometido. Ahora, en nuestro presente, este humilde servidor debe reconocer que tuvo el valor de apartar su orgullo y ofrecer su colaboración a estos grandes, quienes (no sin antes besar sus sucios pies) aceptaron gustosamente mi trabajo.
Así entonces precalenté el hacha y el martillo. La luz mecánica del entregó a mi humilde caja aquellos ya viejos trazos que hacía unas lunas eran tan solo una promesa. Digitalicé fervientemente aquel redondeado rostro sin color, todavía sin vida. Les transmití este material a los maestros, esperando poder traspasar su barrera de calidad. Los pulgares apuntaron hacia el cielo. Se desató así el salvajismo encadenado que La Bestia engendraba en su interior. Aquella puerta, la que no tenía picaporte, crujió penosamente y se abrió.
Una lluvia de novedades humedeció los meses siguientes. Las ideas hecharon raíces y germinaron. Aparecieron los ojos, las cejas y así lentamente los trazos fueron tomando vida. Animada, pero vida al fin.
Necesitábamos un nombre; una representación. En la institución de los pizarrones, eterna inspiradora (es incluso el lugar donde esta historia está siendo procreada), llegaron Las Palabras: 3-M3, casi una melodía para nuestros cansados oídos.
La tarea se vio solamente retrasada por nuestro espíritu de vagancia, corrompido con pesar por la eterna templanza del Sr. L, quien a grito pelado intentaba hacernos comprender al Sr. E y a mí que debíamos hacer girar la rueda. Ladrillo a ladrillo, piedra a piedra, paso a paso construimos la edificación y...
Y llegamos. Acá estamos. Así como lo ven, este primer capítulo denominado simplemente LA RAZA tardó 5 meses en madurar. Todo nuestro esfuerzo y voluntad fue volcado en estos alienados seres verdes. Esperamos de verdad que esta realización se introduzca en sus corazones como lo hizo en el nuestro. Desde ya, gracias por haber llegado hasta acá.

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